miércoles, 29 de abril de 2009

Análisis de la realidad economica Argentina

Análisis
2001: un juego de niños con un Kirchner sin control legislativo
La economía argentina ha colapsado por dos razones fundamentales: a) la inconsistencia de la política económica, que hoy presenta todos los costos juntos y b) la incertidumbre en las reglas de juego que genera un hombre como Kirchner que no conoce límites a las medidas que puede adoptar. Curiosamente, y en forma contraria a lo que sostiene el ex presidente, si la oposición ganara las elecciones, le ofrecería al país un menor grado de incertidumbre dado que actuaría como un freno a la arbitrariedad en las reglas que vienen imperando desde 2003. El problema no tiene que ver solamente con la política económica propiamente dicha (controles de precios, prohibiciones de exportación, carga tributaria agobiante, gasto público descontrolado e ineficiente, etc.), sino que el mayor obstáculo es la incertidumbre que genera la ausencia de límites al Ejecutivo. ¿Quién puede animarse a poner una fábrica de hamburguesas si no sabe si Moreno lo va a dejar exportar, lo obligará a vender debajo del costo de producción o si tendrá energía para hacer funcionar las máquinas?
Kirchner tiene, al menos, dos problemas para poder evitar una crisis igual o peor que la de 2001. El primer problema es que maneja la economía creyendo que sabe, pero no sabe. Esto lo lleva a adoptar medidas inconsistentes e insostenibles en el tiempo. El segundo problema es que, para poder funcionar, la economía requiere de previsibilidad en las reglas de juego, algo que Kirchner no puede ofrecer. Por el contrario, lo único previsible en este gobierno es más confiscaciones, regulaciones y prohibiciones que terminen de ahogar la economía, generando mayor desocupación y pobreza.
Los costos de los errores económicos cometidos desde 2003, inevitablemente habrá que pagarlos. Ya se acumularon demasiadas distorsiones como para poder evitarlos. La pregunta no es si vamos a tener una crisis económica más profunda que la actual, porque la respuesta es obvia. Tantas distorsiones juntas terminan en una crisis. La pregunta es otra: ¿cuáles serían los costos de enfrentar la crisis con un gobierno kirchnerista sin límites a su accionar y cuáles los de un gobierno controlado por el Congreso?
El escaso apego que ha tenido Kirchner a respetar la propiedad privada hace pensar que, en caso de retener el mismo poder que ahora, luego de las elecciones cualquier medida confiscatoria entra en su catálogo de herramientas económicas, así como licuaciones de salarios y jubilaciones vía una devaluación o estatización del comercio exterior. Dicho en otros términos, para mantener su política populista, necesita recursos. Y esos recursos puede obtenerlos avanzando aún más sobre la propiedad privada. Como esto la gente lo sabe, la fuga de capitales podría ser descontrolada, la inflación desbordada, la desocupación llegando a niveles insospechados al igual que la pobreza e indigencia.
En síntesis, 2001 podría llegar a ser un juego de niños frente al catálogo de medidas que puede aplicar Kirchner sin ningún tipo de control legislativo y sin una Justicia que le ponga límites a un Estado voraz de recursos por los problemas fiscales que tenemos por delante. Un Kirchner sin control es pavimentar el camino a una economía descontrolada.

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